Hoy os traigo una historia entrañable de un alumno muy querido para todos los que hicimos CTY. Es una historia singular pero me atrevo a decir que una más de tantos miles de niños que son invisibles para quienes tienen que verlos, que no necesitan ayuda para quienes tienen que ayudarlos, a los que ser distintos les cuesta un potosí. Pero no porque ser distinto sea costoso, sino porque en una sociedad de mentalidad igualitarista ser distinto incomoda.
Si, créelo, los niños con alta capacidad existen. Yo conozco a unos cuantos. Después de años de estudio y trabajo he aprendido a ver lo que para algunos es simplemente un trabajo añadido. No sé lo que avanzaremos, pero si la escuela no cambia, si los profesores no mejoraran su formación para atender personalizadamente a sus alumnos, muchos "juanes", "miriams" y "berengueres" corren el riesgo de desarrollar pobremente sus capacidades. Yo, desde luego, no quiero ser responsable.
Os dejo con una historia que no acaba sino de empezar, pero que es una muestra de coraje y decisión; un ejemplo de superación ante la adversidad del ambiente. Gracias por tu testimonio, nos has dado una lección de fortaleza ante las dificultades. No te rindas, los que te han puesto la proa no se lo merecen. Tienes un gran futuro esperándote y a tus amigos aquí para ayudarte.
"Soy el menor de dos hermanos. Desde muy pequeño he tenido inquietudes que no se correspondían con mi edad, según me han dicho siempre “los mayores”. Nunca tuve lengua de trapo y desde muy pequeño mantenía largas conversaciones sobre temas que me inquietaban.
Desde los dos años de edad, pedía actividades que me resultaban interesantes, como era acudir todos los domingos a distintos museos de Barcelona y negociaba en los semáforos con mi madre la ruta “museística” que tocaba el fin de semana. Siempre llevaba encima una libreta en la que apuntaba y dibujaba todo aquello que me gustaba. Guardaba las entradas de cada sitio al que iba.
De pequeño me gustaba mucho la astronomía, la biología, la medicina, la egiptología y los dinosaurios. Cuando era pequeño, mantenía largas conversaciones filosóficas con mi madre, sobre justicia, cooperación, amistad,…
En la guardería era el único niño que hablaba y no hablaba como un niño, sino como un adulto. Cuando había un problema en clase, las profesoras me enviaban a solucionarlo y siempre me tocaba recibir. Cuando todos bailaban igual, yo me quedaba quieto mirándolos.
A los dos años y medio ya tenía evidencias de mi alta capacidad.
En P3, me pasaba el tiempo leyendo el periódico y comentándolo con mis padres. Ya sabía leer y escribir, y contaba hasta más de cien… El tercer día de clase, en casa, le dije a mi madre que, como ella trabajaba mucho y se cansaba, fuera ella al colegio, donde yo no hacía nada porque me aburría y yo me quedaría en casa.
La profesora me decía que no veía que tuviese nada distinto del resto de los niños, que me veía como a los demás. Mi madre le dijo que yo no era verde y con antenas, pero que seguro que no había visto a los otros 24 niños leyendo el periódico en la puerta de la clase.
Las noticias me afectaban mucho, sobre todo las catástrofes y, por eso, en mi casa decidieron apagar la tele cuando yo estuviera.
En P4 y P5, me castigaban a la biblioteca por contradecir a las profesoras sobre el hecho de que en Catalunya había víboras y tiburones, cuando sí que hay. Lo que ellas no sabían es que yo me lo pasaba muy bien leyendo en la biblioteca…
En aquel colegio, ya después de un cambio, me calificaron de maleducado y a mi madre de “madre del artista”.
Ante la falta de atención en el colegio y mi aburrimiento, descubrimos los campus de CTY en España, después de mucho buscar.
En P5 volví a cambiar de colegio donde me adelantaron un curso. Aquel mismo verano asistí a mi primer programa en Pamplona, de inglés.
En segundo de primaria, ya acelerado, pese a tener una buena tutora, me seguía aburriendo en clase. Desde mi entrada al colegio tuve graves discusiones con mi profesora de religión porque yo veía las cosas de un modo distinto a los demás y en vez de enseñarme que era la fe, o gestionarlo mejor, me echaban directamente de clase.
De segundo a tercero, fui a un campus de CTY de matemáticas creativas.
En tercero, empecé a sufrir bullying serio, con agresiones físicas y marginación por parte de alumnos. Los profesores lo veían todo normal y después de varias veces de ir al seguro escolar médico por las diversas agresiones, el mismo médico me dijo que si no denunciábamos nosotros al colegio, lo haría él.
En el verano de tercero a cuarto hice mi curso de mis primeros experimentos en CTY, donde me lo pase muy bien. Además de esto, durante el curso realicé algunos programas online también de CTY: creación de páginas web, creación de páginas web avanzadas y creación de videojuegos. Aparte de esto, asistía a clases extra-escolares de programación y electrónica en la fundación Oms.
Debido a la situación cada vez mas crítica en cuanto a mis agresiones, mi madre contactó con la embajada de Israel, ya que nos enteramos de que había un colegio judío cerca de casa. Nos pusimos en contacto con el director para hablar de si me aceptaría aunque no fuera judío. Me aceptaron en el colegio y como el director se preocupaba por el tema de las AACC, lo pasé muy bien durante dos años y medio, el tiempo que tardó el director en irse (es una norma del Ministerio de Educación de Israel, que cada director como mucho tiene que pasar cuatro años en el colegio y luego recibir formación para ponerse al día).
Con ocho años, entre cuarto y quinto, empecé mi primer campus residencial de CTY en Madrid, de robótica. Aun estando un año por debajo de la edad mínima, y por nivel escolar, fui aceptado después de una solicitud a la dirección del campus, para pedir que se me permitiera entrar.
El caso es que entré al curso de robótica. Era el más pequeño de la clase, aunque eso no me impidió hacer amigos e independizarme en cierto modo: hacer la colada, ordenar la habitación, tener unos monitores geniales,…
Por desgracia, al final del campus, volvía a la cruda realidad: la vida diaria.
En el colegio judío, dirigido por Yosi Gil Erlich, fui muy bien aceptado, por compañeros y profesores. Conocí una nueva cultura y un nuevo idioma, dos cosas que para mi fueron un reto. Llegué a participar en el coro de la sinagoga cantando en hebreo, entre otras muchas cosas,…
El siguiente verano, los programas de CTY eran muy atractivos: esa vez había genética, pero también era muy pequeño y tuve que hacer la solicitud y el examen de nuevo. Lo pasé y me aceptaron. Por desgracia, aquel año nos afectó la gripe A, traída por nuestros amigos americanos, también alumnos. Me puse muy triste, porque perdí un año de CTY.
Pero lo peor estaba por llegar: cambió el director del colegio. Era un señor mayor que venía del ejército de Israel y creía saberlo todo. Mis notas empezaron a bajar y el bullying vuelve a mi vida gracias a la relajación de mi colegio.
Después de un mal año en primero de ESO, pude finalizar mi curso de genética en CTY, donde nació un proyecto que todavía sigue vivo: crear una vacuna o una cura contra el SIDA. Este proyecto ha sido presentado a médicos e investigadores de diferentes países a través del TEDxBarcelona Change, el 3 de abril de 2013.
En cuanto al proyecto, he visto como se me cerraban todas las puertas de centros de investigación, empresas, profesionales e incluso el mismo colegio, debido a que todos consideraban que era demasiado pequeño. Solo un médico me dijo como continuar y me tomó en serio: un médico llamado Arkaitz Imaz, especialista en enfermedades infecciosas en el Hospital de Bellvitge, amigo de Javier Tourón hijo, director de los campus. Él me siguió mandando información que me resultó muy útil para el proyecto.
Después de un año horrendo en segundo de ESO, donde estuve a punto de suspender, junto con más agresiones físicas y sobre todo psicológicas, mi psicólogo consigue un cambio de centro con aceleración incluida.
En este nuevo colegio concertado, la Escola Projecte, acabé mi Educación Secundaria Obligatoria. Pese a que solo fuera un año, he de decir que ha sido el mejor colegio en el que he estado. Aún teniendo dos años menos que mis compañeros de clase, he hecho amigos que todavía conservo, gracias a los cuales he aprendido a ver la vida de otro modo y a ser como soy hoy en día.
Hoy curso primero de bachillerato en el IE Costa i Llobera de Barcelona. Hay que resaltar el gran interés por parte del centro, en especial de mi tutor, por intentar ayudarme a minimizar el sentimiento de aburrimiento, me han propuesto compactar el bachillerato en un solo año. Por desgracia, debido al bajo rendimiento producto del bullying en la ESO, mis notas no me han permitido hasta el momento acceder a becas para el extranjero, cosa que deseo desde hace años.
El hecho de que solo por mi edad se me menosprecie en todas partes, ha hecho que mi motivación sea prácticamente nula.
Después de mi “experiencia” en los distintos colegios, sobre todo en Projecte, he aprendido que no tengo por qué ser distinto a mí mismo para gustar a los demás, simplemente tengo que ser yo, y a quien le guste, bien, y a quien no, pues también. Hay que decir que pese a ser el más pequeño del equipo del proyecto del SIDA, soy el único que ha continuado, y que debido a no ser tomado en serio por mi edad, el trabajo no pasa de ser una teoría que no puedo llevar a la práctica.
Hay que decir que CTY ha sido el único sitio en el que me he sentido acogido, un lugar que era como mi balsa salvavidas.
Mi madre es la presidenta de Fanjac, una asociación de padres de niños de AACC, donde también tengo mis amigos.
Mañana mismo tengo una reunión con la fundación Catalunya Caixa, para ver si me aceptan en unas extra-escolares de nuevas tecnologías, donde seguramente perderé, de nuevo, por las notas.
Le debo mucho a la familia Tourón, ya que me conocen desde los cinco años y me han permitido formar parte de los campus de CTY. Les aprecio mucho y siempre les agradeceré todo lo que han hecho por mí.
La única persona que me ha apoyado en mi día a día desde siempre ha sido mi madre, que siempre ha contestado a mis preguntas y me ha ayudado en lo que necesitaba.
Desde aquí: gracias mamá, gracias familia Tourón, gracias Projecte, gracias Yosi y gracias a todos los que me han ayudado en mi vida. Gracias.
Bueno, pues vosotros diréis... A mí me parece que esto es un ejemplo de lo que no puede ser el itinerario educativo de un joven con talento. Crecer es siempre difícil, pero no puede ser una carrera de obstáculos artificiales interpuestos para provocar el fracaso. Una vez más es necesario apelar a la sensatez de los que pueden hacer algo, no digo mucho, porque en educación un pequeño gesto es un gran avance. Tú, si eres padre, o un modesto profesor en una pequeña aula de un colegio perdido en algún lugar del universo, haz algo por ayudar a los que precisan de tu apoyo y habrás producido un extraordinario avance. Desde luego, cuando de educación se trata, el número uno tiene una gran relevancia.
14 comentarios en «Los niños también tienen derecho a realizar sus sueños»
Muchas gracias, Javier.
Muchas gracias, Berenguer, hijo, porque tu humildad siempre ha sido un ejemplo a seguir por todos.
Muchas gracias también a Andrea, Marta y Javier Tourón (hijo), porque Berenguer tiene en vosotros a sus mejores amigos.
Muchas gracias, profesor, porque para Berenguer eres algo más que "Javier, padre"!
Ojalá lo que él ha sufrido sirva a otros para evitar más padecimientos.
Un abrazo.
Maria Dolors
"Lila"… un color precioso para el alma. Gracias por el testimonio.
Veo a Berenguer y veo a mi hijo dentro de unos años.
Leo su testimonio y sufro pensando por todo lo que ha pasado.
Miro a mi hijo de solo seis años y sufro pensando en el largo camino que aun le queda por recorrer y las adversidades que se va a encontrar. Pero luego, vuelvo a mirar a Berenguer,veo esa persona maravillosa en la que se está convirtiendo y es un ejemplo a seguir.
Ánimo Berenguer, no te rindas, eres especial y harás grandes cosas, que nada se te resista!
Ojala algun dia mi pequeño Gerard pueda conocerte y encuentre en tí un referente.
Querido Berenguer,
Fue imposible no quererte desde el primer momento. De alguna manera tu representabas todo por lo que luchábamos. Y así ha sido, eres un abanderado, un guerrero de los sueños que lleva en su alma las heridas de los que abren el camino. Y a quererte tengo que añadir sentirme orgullosa de ti. Te has convertido en un hombre guapo y fuerte. ¡Ni se te ocurra cambiar porque nos gustas exactamente así! Y te cuento un secreto, los años pasan y cada vez se abrirán más puertas. Tu mira siempre adelante. Eres uno más de nuestra familia. Siempre,
Andrea Touron Porto
Desde el punto de vista de una persona absolutamente normal, sin demasiadas capacidades pero por una causa o por otra también diferente, y precisamente por eso normal. Pienso que vuestra experiencia que puede ser parecida a la mía en muchos aspectos y denota como la mediocridad no está en las personas sino en el sistema. Cuanto más nos agarramos al sistema más mediocres somos. Y la educación a nivel general que tanto alabamos es una garantía para que triunfen los mediocres, quienes a su vez tal vez no tengan madera para serlo, pero de la mediocridad han hecho su bandera. Tal vez mi error fue intentar apartarme de esa mediocridad que nos hace a todos tan mundanos. Si me permitís un consejo, lo que cambia el mundo es empaparse de esta mediocridad hasta las cejas y desde ahí mejorarlo. Pero quién soy yo para dar consejos, nadie, uno más. Mucho ánimo. Abrazos.
Recuerdo como si fuera ayer, el primer día que conocí a Berenguer en el Campus No Residencial, que organizamos en Pamplona, con 5 añitos…Y el año en el que 'por fin' le admitíamos en el Programa de Robótica que deseaba tanto hacer, a pesar de su corta edad. Y el gran abrazo que me dio en la Sesión de Bienvenida del Campus de 2009 en Madrid, para darme las gracias (muchas veces pongo de ejemplo sus palabras: "gracias, gracias, gracias por admitirme en el programa! No te voy a defraudar! me dijo). Le dejamos participar en el Programa de genética que lo habíamos diseñado para alumnos de 3º y 4º de la ESO y tan sólo tenía 10 años! Pero hizo una prueba de nivel estupenda y tenía tanta motivación y ganas!
Tengo tantos recuerdos…
Gracias Berenguer por ser tan generoso y compartir con todos tu historia. Un testimonio lleno de lucha y dificultades pero de esperanza también. Sigue adelante, no te rindas! Mª Dolors, gracias por tu fuerza y ejemplo y no dejarlo solo. Sigue luchando por su futuro. No estás sola!
Seguro que todo lo que habéis pasado ha servido para que a otros muchos no les vuelva a pasar! Yo estoy convencida de que lo vais a conseguir! Vuestra historia y la de tantos otros como vosotros me anima a seguir en mi empeño con ilusiones renovadas!
Fue un placer compartir con todos vosotros estos años en CTY!
Marta Tourón
La historia es preciosa, pero debe servir como crítica al gobierno y a su política educativa desastrosa. Mi hijo tiene AACC y no puede acceder a ninguno de esos servicios (campamentos, escuelas privadas,…) debido a nuestra falta de recursos. Eso hace que se tenga que críar entre "mediocres" que no reconocen su potencial, que le tratan como a un niño molesto y que le "mediocrizan" (con perdón de la expresión) a él también.
Cuando leo este tipo de casos me alegro mucho por ellos, pero también paso mucha pena por el mío, que nunca podrá tener todo lo que desearía darle.
Gracias
A esta última persona que publica sobre su situación económica y comenta las dificultades de acceder a todos estos talleres, comentarle que mi hijo pudo acudir gracias a las becas, de otro modo, también habría sido imposible para nosotros, dado que entonces éramos familia mono parental con sueldo mileurista.
Todo es posible, aunque cuesta muchísimo.
Porqué no tengo derecho a contar mi historia ?
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Particularmente a los protagonistas. Berenguer y su madre. También a los que me ayudaron a sacar CTY adelante aquellos años. Si hubiésemos sido más alumnos y padres… La unión hace la fuerza, la división no. A veces pienso que llegamos demasiado pronto a un sistema educativo que, aun hoy, tiene problemas para entender el problema de la alta capacidad.
Y sí, desde luego que estas entradas son una crítica, tan dura como lo son las circunstancias en las que viven los niños más capaces y sus familias. No pretenden provocar ninguna lágrima fácil. Al contrario, pretender golpear en la conciencia y en los corazones de los que pueden hacer algo y se quedan de brazos cruzados o ponen palos en la rueda. A esos en particular me gustaría gritarles uno a uno, a voz en cuello, que son unos miserables o unos ignorantes, o unos indolentes. Cualquiera de estas cosas son impropias de quien se llame educador.
La verdad se abrirá paso antes o después. Entre tanto que cada uno luche por su desarrollo personal con los medios que tenga a su alcance, con los recursos gratuitos que está al alcance en internet y de los que os voy dando cuenta de vez en cuando. ¿No tienes Internet? Bueno pero en tu pueblo habrá una biblioteca, o un cibercafé, o un primo con más suerte que tú.
La idea es que si quieres puedes. Nada de desanimarse, nada de tirar la toalla. Eso es de mediocres y esto va que "superheroes" y "superheroínas" como vosotros.
Un abrazo a todos.
Decirle al niño que es muy fuerte con todo lo que ha pasado y que esa misma fortaleza la mantenga y le haga crecerse ante las dificultades que estarán por venir. Decirle también que por muy dura que sea la historia de cada uno siempre hay otra más dura. Yo crecí en una dictadura que todavía persiste ,la Cuba de Castro ,donde pensar está prohibido y pensar contrario al Régimen ,es penado con cárcel , y dentro de todo lo malo del sistema en sí mismo también saqué cosas positivas y desde luego ,a fuerza no me gana nadie porque necesariamente te haces más fuerte. Quejarse de lo que nos falta ,nos hace perder fuerza ,mejor es agradecer lo que tenemos ,lo que has conseguido ,tus pequeñas o grandes metas conseguidas son felices momentos que nadie te puede quitar.
Aquí en España está instalado el igualitarismo , ¡y por debajo rasante! . Es mi lucha constante en el colegio con mis hijos porque yo apuesto por la diferencia y quiero que valga y se motive al que estudia y trabaja , al que saque buenas notas y no hay manera .Alumnos de altas capacidades y determinados talentos mezclados con alumnos con "escasos intereses".Nada de excelencia ¡Me parece increíble! Algo más típico en teoría de los dictadores comunistas y sin embargo no lo aplican porque les gusta destacar, ser competitivos y hacer escalafones de los mejores en los colegios.En fin, hay que seguir luchando cada día , porque a pesar de todo ser diferente es estupendo y tener interés por aprender es lo mejor que hay .En muchos otros países como Canadá y USA , si se hace más por explorar ,buscar y cuidar el talento.
Un saludo muy cariñoso para este inquieto talento.
GRANDE, Berenguer; GRANDE, Mª Dolors…
😉
Si el sistema educativo es un desastre en la atención a las AACC, la ESO es una travesía por el desierto.
Ánimo, Berenguer.
Tu historia nos es muy familiar. A mi hija en primaria los profesores se dedicaron a recriminarla que se hiciera la «listilla», como si querer saber más y querer compartir lo que se sabe fuera malo. Los profesores no la entendían o no querían entenderla. En sexto curso tuvo que cambiar de centro. ¡Bendito día! Al principio la ocurría también algo parecido, porque los compañer@s no entendían que alguien disfrutara aprendiendo y mostrando lo que sabía, pero este profesorado lo entendió y ahora es feliz. Para ella la ESO ha sido un salto de nivel, en un centro donde la dejan aprender más, no se lo recriminan, y donde la escuchan cuando cuenta lo que sabe. Sus compañer@s agradecen que les enseñe.